Hola, Hola..!!!!
Quien no ha padecido en algún momento de: Gases, flatulencias, gastritis, dolores o molestias intestinales, hinchazón, diarrea o estreñimiento. Casi todos lo hemos presentado en algún momento de nuestras vidas, y si ocurre de vez en cuando, puede ser porque comimos algo que no nos cayó bien. Pero si esto se repite consecutivamente, y ocurre varios días a la semana o por varias semanas, debemos buscar las causas y manejarlas a tiempo.
Si padeces de diarreas persistentes pudiera deberse a una infección viral leve que se resuelve de forma espontánea en pocos días. Esto se llama gastroenteritis viral, esto lo puede causar alimentos y agua contaminados. También la diarrea puede presentarse por enfermedades intestinales inflamatorias, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerativa son una de ellas, que también pueden presentar sangre en las heces y dolor abdominal.
Hay personas que son intolerantes a la lactosa, al gluten sin ser celíacos, presentar enfermedad celíaca, fibrosis quística o intolerancia a la proteína de la leche de la vaca, esto se le llama síndrome de malabsorción, y esto se maneja puntualmente dependiendo de lo que lo cause.
Hemos escuchado mucho sobre el síndrome del intestino irritable, y es la forma más crónica de molestia estomacal, que empeora con el estrés, incluye cólicos, dolor abdominal, hinchazón abdominal, gases y suelen alternarse el estreñimiento y la diarrea.
La gastritis también puede causar molestias intestinales a largo plazo y esta puede ser causada por sensibilidad alimenticia, mezclas inadecuadas de alimentos, usos frecuentes de ciertos medicamentos, exceso de alcohol y por infección bacteriana, ésta última es tratada con antibióticos, las demás con un cambio en el estilo de vida.
Cuando tenemos estos malestares o alguno de ellos, se está alterando la flora bacteriana de nuestro intestino.
La flora bacteriana intestinal es el conjunto de microorganismos o bacterias que viven en nuestro intestino, cuya función es defender al organismo de bacterias, virus o enfermedades, asegurar el correcto funcionamiento de nuestro sistema digestivo y colabora en la producción de vitaminas y la correcta absorción de minerales.
Al conocer el papel de la flora bacteriana y todos los malestares que se pueden presentar en nuestro intestino y sistema digestivo, lo primero que debemos hacer es cambiar nuestra manera de comer, nuestra comida debe ser nuestra medicina.
Debemos asumir como estilo de vida una dieta rica en fibras naturales, vegetales, verduras, frutas, legumbres, frutos secos y cereales integrales, con esto estarás alimentando a la flora bacteriana de forma saludable. Si no tienes este hábito, agrega a la dieta diaria de forma progresiva este grupo de alimentos para evitar gases y flatulencia.
Tomar suficiente agua, lo recomendado es entre 6 u 8 vasos de agua al día, esto ayuda a facilitar la digestión, mantener el intestino hidratado y evitar el estreñimiento.
Consumir grasas no saturadas, el aceite de oliva es uno de los más recomendados, por sus propiedades antioxidantes, reduce la inflamación.
Evitar las harinas refinadas y azúcares, esto altera la flora bacteriana y aporta muchas más calorías favoreciendo al aumento de peso.
Evitar el consumo de carnes rojas, estas fomentan el estreñimiento y tienen un alto contenido de grasa insaturada que no favorece en lo absoluto a la flora bacteriana, ni al sistema cardiovascular.
Evita la comida chatarra, esta es muy baja en fibra e incrementa la inflamación.
Sólo debes imaginar que tu cuerpo es tu cuarto, tu templo y que no es el bote de basura. Dale a tu cuerpo cada alimento que sume, que lo nutra, piensa en el beneficio que le dará cada uno de los alimentos que ingieres.
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